Llego a este mundo con miedo, dolor y hambre,
mi fragilidad y dependencia convocan ternura,
demandan sabiduría e inteligencia que alumbre,
a quienes cuidándome me sientan una criatura.
El miedo debe su camino seguir y no parar,
permitiendo que evolucionemos como seres,
y vernos de la misma especie y no comparar,
para con positivismo superar los menesteres.
Si logras admirar lo esencial y poder respetar,
y la pureza contemplar, te estas así iluminando,
cambiando de situación y en paz poder sanar,
con poder, para a las impurezas ir eliminando.
Solo queda que me ames y veas al niño anterior,
y en alianza coexistir como socios espirituales,
comprometidos para rescatar lo divino superior,
donde naturaleza y pureza son elementales.