La mente procesa ideas de manera diferente,
con la memoria, pensamientos y sentimientos,
siendo subjetiva y dificultando ver lo evidente,
la convivencia armónica y dando sufrimientos.

Los órganos de los sentidos dan la objetividad,
pareciendo muy tangible, siendo solo lo deseado,
con objetos como fetiches o de pura banalidad,
que confunden lo esencial, para así ser olvidado.

Lo sublime y sutil no es fácil de ser visualizado.
Los niños siempre lo captan por ser inteligentes,
como verdad, bondad y belleza, no lo verbalizado.
Más alla de la mente, siendo ellos clarividentes.

Somos subjetivos y objetivos como humanos,
lo que evidencia la discrepancia y la arrogancia,
como seres, somos unidad y somos hermanos,
que tenemos la oportunidad a la abundancia.

Comunicación – Conexión

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