Padres: En tu hijo está encerrada la divinidad llamada niño.
A ti mamá, te corresponde continuar conteniéndolo hasta que adquiera
humanidad.
A ti papá, te toca sostener a mamá y gradualmente enseñarle a tu niño-hijo
el mundo en ambiente, tiempo y cultura a donde luego se insertará.
A ustedes profesionales de la esperanza (Perinatólogos-Obstetras,
Pediatras, Pedagogos, Pastores, Sacerdotes y Psiquiatras), les corresponde
vigilar que los recursos comunitarios y los contextos adversos no se
contrapongan con el buen trato al niño-hijo, para que estos puedan favorecer
en sus padres el desarrollo de las competencias parentales como son las de:
1. Vínculo.
2. Protección.
4. Formación.
5. Reflexión.
Así se logra satisfacer las necesidades y expectativas como adultos,
permitiendo que el niño-hijo obtenga lo aspirado y requerido para no tener
que hacer uso de su espiritual resiliencia.
Mundo de conxión