Son defensores del niño y todas sus maravillas
los obstetras, pediatras y pedagogos, para avanzar.
Pocos y juntos en comunidad, sin salirse de casillas,
evitando siempre confrontar y obligar, para así ganar.

Hay estrategias y tácticas sutiles para el gran efecto,
con la clara comunicación y logrando la conexión,
con mesura en lo racional, modulando el intelecto,
con virtudes y talentos suprimiendo la temida corrupción.

Está siempre la compasión como plan de contingencia
para defender la inteligencia, la inocencia y la ingenuidad
y con la luz del niño poder accionar con consciencia,
sin perder, con responsabilidad, esta gran oportunidad.

El ver al niño como norte permite salir de la oscuridad,
en un mundo que saca muchos réditos de este maestro.
Solo con sensibilidad y cuidado se corregirá esta calamidad,
aspirando liberar todo su potencial y recuperando el nuestro.

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