El lugar donde el espacio y el tiempo desaparecen,
donde la conexión supera a la clara comunicación,
donde los oscuros estados de ánimo se esclarecen,
donde desde la unidad y la fuente hay la solución.

El lugar donde el amor es un darse sin cansarse,
donde hay compasión, misericordia y devoción,
donde la esperanza y la fe promueven el cuidarse,
donde se unen asistencia, atención y protección.

El lugar de claro humor: Silencio, sonrisa y el llanto,
donde el ser supera al hacer sin ocultar lo evidente,
donde nada se pide y la divinidad brinda encanto,
donde hay solo serenidad, se es digno y prudente.

El lugar de confidencialidad y donde se puede fluir,
donde es indispensable el diálogo y no la mera lucha,
donde se puede y debe intervenir pero nunca interferir,
donde se es protagónico, participativo y se escucha.

El lugar de guía, de orientación y de buena asesoría,
donde el consejo que es pedido es muy bien acogido,
donde hay calidez en un aquí y en un ahora de armonía,
Ese es el consultorio médico pediátrico preferido.

Un lugar como un hogar

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