Mi piel es la puerta del espíritu y mi alma,
es extensa, fina, sensible y muy delicada,
me abriga, da calor, da calidez y calma,
me da armonía cuando es bien tocada.
Mi piel es el camino directo y accesible,
está a la vista y es casi siempre ignorada,
es termómetro de lo esencial y no visible,
si se la sabe respetar y es muy apreciada.
Mi piel refleja sensaciones y emociones,
pensamientos y todos mis sentimientos,
mis estados de ánimos y mis emociones,
mi alegría, mi dicha y también tormentos.
Mi piel requiere del gentil tacto y masaje,
para sentir el amor y la pura presencia,
y despertar hacia el claro aprehendizaje,
de lo requerido, con mucha sapiencia.
Mi piel