Desde el grandioso claustro uterino,
del monasterio que es mamá y ama,
donde lo requerido fluye y es divino
en paz, armonía, libertad y calma.
Miedo, dolor y hambre siento al nacer,
asperezas, olores, ruido, luminosidad
lo que me hacen sufrir y estremecer,
y con inteligencia busco serenidad.
Luego aparece el placer y la felicidad
la alegría y la dicha para reconectar,
con sensopercepcion tener claridad
y en trance hipnótico jugar y avanzar.
Lo simbólico y mágico deben continuar
precediendo a lo lógico que es racional,
y con lo concreto y abstracto enfrentar
al mundo de humanos desde lo mental.
Con Amor para Amelie Michelle.E
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