Había una vez un señor que había comprado carro de medio uso, el cual tenía defectos en el motor que no detectó. Lo conducía por una vía destapada y en mal estado, lo que hacía dificultoso su manejo; sin embargo, los ruidos que ocasionaba al transitar por esa vía ocultaban los imperfectos del vehículo y hacían creer al conductor que el vehículo estaba bien y lo único malo era la carretera. Como el conductor apenas estaba aprendiendo a conducir y no entendía de mecánica, estaba contento con su adquisición. Luego de transitar un buen tramo de tormentoso viaje, encontró una vía en buenas condiciones por donde el vehículo rodaba aparentando ausencia de daños y dando al conductor aparente pericia. El camino tenía un recorrido de 21 kilómetros y fruto de su sensación de comodidad aceleró a 100 km/h, pero siendo ya de noche, se encuentra con otro auto que viene en sentido contrario con las luces intensas lo qué encandelillo al conductor, que luego de ese evento, se percata tarde de la presencia de un animal en la vía y por evitar chocar con él, hace maniobras torpes que lo llevan a golpear al animal, saliéndose de la carretera y cayendo en un abismo; así es que muere junto con el animal y se destruye el vehículo.

MORALEJA: Siempre ten presente de donde partes, por donde vas, hacia dónde vas y los recursos con los que cuentas.
Es importante el cómo tanto como el qué…

El Conductor

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.