Claustros lejos del Mundanal Ruido
Más allá de los detalles técnicos , son lugares pensados para la
contemplación, el silencio y la oración en un mundo del siglo
XXI convulso, ruidoso y apresurado.
A la matriz uterina se la llama claustro materno,
que atesora al niño y a su organismo con sutileza
pasando 280 días divinos, que nos parecen eterno,
fusionando a la perfección la pureza y la naturaleza.
Y los monasterios, lugar donde místicos residen
para mantener al alma y al espíritu con toda su pureza,
evitando la contaminación con los actos que inciden,
manteniéndolos en unidad y éxtasis con la grandeza.
El confinamiento o reclusión tiene su justificación
para salvaguardarnos en prisión o con libertad,
de la agresión que puede lograr nuestra eliminación,
siendo temporal, para intentar corregir una calamidad.
Monasterios y claustros, conventos y confinamiento,
son sitios de separación que permiten rescatarnos
con vitalidad, consciencia y salud, sin sufrimiento,
para con inteligencia y voluntad poder iluminarnos.