Cuando la posición humana es la espiritualidad,
se fluye con espontaneidad y con la inteligencia.
Se es coherente y compasivo con la humanidad,
así como contemplativo, con mesura y diligencia.

Cuando la humana condición es la comodidad,
y el comportamiento se sostenga con egoísmo,
se da la apariencia el avanzar, siendo banalidad,
desprotegiendo la vida en un camino al abismo.

Cuando por la situación se ignora la naturaleza,
el pasado y el futuro mueven todo el accionar,
la depresión y la ansiedad serán como maleza,
con manifestaciones culturales para distorsionar.

Si se da el despertar por diversidad o adversidad,
nos sentiremos ilimitados y también iluminados,
por haber recuperado la indispensable serenidad
y así dejar de permanecer como meros alienados.

Dr Bosco Alcívar Dueñas. Md.
Pediatría Integral
Guayaquil 23 de febrero 2024.

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