Con cariño, al doctor Gepetto.
Hace poco escuché a un niño, «quiero ser doctor», dijo inquieto. Hace poco conocí a un hombre que cumplió con ese sueño: «Es que ser médico sale de acá», señaló tocándose el pecho.
En un tiempo donde muchos sólo venden sin ser médicos y otros pobres son clientes y no son vistos como pacientes, Que dicha es encontrarse con aquellos a los que la vocación les sale del pecho.
Y es que es fuente de vida para una sociedad, llámese pueblo o llámese ciudad, contar con el servicio de un médico de verdad. Ya que no es la nieta de estos seres tener por clientes enfermos, para su bolsillo engordar. Sino devolver a quienes los buscan, la vida y la salud a su estado original.
Salud y vítores a estos campeones de la nación, y al ser ya una especie en peligro de extinción, procuremos como sociedad, los recursos «cesados para promover su vocación.
MLBA 21,02/202Q