Nueve meses dentro de tu humanidad
sitio óptimo, de máxima hospitalidad,
pureza, presencia, coherencia, ecuanimidad
considerada celda de alta seguridad.

Luego tus miradas, tus besos, tu olfato, tu escucha
así como tus brazos y abrazos, tus manos, tus pechos,
tu leche, conexión piel a piel, que da alegría y dicha
sin olvidar los sucesos y procesos como hechos.

Se suman tus piernas y cintura como regazo
aquí continúa el contacto con entusiasmo.
Descanso, me divierto y reposo sin atraso
creciendo y evitando el marasmo.

Y tu  espalda es recurso de contingencia
si las exigencias  piden laborar, trabajar y actuar
Voy junto a tí muy contento, sin ninguna inconveniencia
pudiendo pedir amamantar o luego al caballito jugar.

Tus hombros me hacen desde lo alto vislumbrar
una visión que desde mi tamaño está sin acceder.
Puedes  lanzarme y poder  equilibrar;
al fin tu mano me sostiene y la puedo pedir antes de padecer.

Este contacto me sostiene y sustenta en todo momento
evita llegar a una cárcel portátil de cadena perpetua
y podré ser criado y educado por mis procreadores, sin lamento,
cohabitando, conviviendo, coexistiendo de manera mutua.

INTIMIDAD