Como niño llego a este mundo,como fruto de la convicción del amor;
también en ocasiones siendo el producto del deseo y del placer,
ingresando a la matriz uterina como cueva durante 280 días sin temor,
donde gradualmente el agua comienza a subir para así poder crecer.
La salida requiere de:observación,vigilancia,pericia y prudencia;
de quiénes sin intrusismo,con respeto y amor serán apoyo y ayuda,
para llegar al mundo por vía natural o por cesárea, si hay emergencia;
siendo recibido con paciencia,delicadeza,mesura y sin duda.
El proceso se inicia lentamente con la dilatación en fase de labor,
de manera calmada,en silencio y sin mediar ninguna intervención,
descendiendo poco a poco con habilidad,sin ocasionar el temido dolor,
hasta llegar al final del trayecto donde es evidente la rotación.
El trabajo y desconexión se dará para en acción completar la salida;
dejando:la humedad,temperatura, penumbra,silencio y comodidad,
esperando que se minimicen los riesgos y se de protección a la vida
para así junto a mis procreadores conciliar serenidad y humanidad.
El alumbramiento nos ilumina y permite visualizar a la mágica placenta,
facilitando su espontánea salida y el verificar su total integridad,
agradeciéndole reverencialmente por permitir la llegada a este planeta,
y por ser raiz y matriz de vida,consciencia y salud para la humanidad.