En el claustro del grandioso monasterio materno
mi organismo a perfección he terminado de adquirir,
en solo 280 días, para trasmitir y así contener lo eterno,
ya afuera, consigo lo mental y social para bien vivir.

Me separa de la fuente el parto y mi nacimiento
se abre el utero diez cm y roto unos 45 grados,
desciendo diez cm en un divino acontecimiento
y al final el alumbramiento, eventos sagrados.

Sobre el vientre de mamá, piel a piel, respirar y llorar
para luego seguir el camino, teniendo que relajarme,
permanezco en trance hipnótico logrando despertar
en constante actividad, descanso sin detenerme.

Sigo en la vía, arrastrándome diez cm sin ser reptil,
hacia la glándula mamaria, con sólo percibir su olor y color,
me familiarizo en diez cm y succiono de manera muy sutil
y consigo dormir, mitigando el miedo, hambre y dolor.

A ti mamá y papá, tu recorrido de 40 cm es el encuentro
desde el cerebro racional al amamantar, a lo espiritual,
llenándolos de entusiasmo y de mucha luz en el centro,
conectados, sin ansiedad, sin depresión, sin lo banal.

Camino de Bondad

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